A destacar
León
Una importante ciudad en el norte de España y en el Camino, León merece una parada nocturna extra para que tenga tiempo de explorar esta fascinante ciudad. Desde los muchos lugares de interés histórico para visitar durante el día hasta la animada vida nocturna, esta ciudad ofrece experiencias para todas las edades e intereses. Dentro de las murallas romanas de la ciudad se encuentran dos atracciones destacables: la Catedral con sus magníficas esculturas góticas y vidrieras y la Basílica de San Isidoro, famosa por sus frescos de la “Capilla Sixtina”. Recorra las calles para descubrir muchos cafés y restaurantes con la gastronomía local, una especialidad de los menús acompañada por el vino local de El Bierzo.
Astorga
Dentro de las murallas medievales de Astorga encontrará una ciudad vibrante y atractiva. Desde las ruinas romanas hasta el Palacio Episcopal neogótico diseñado por Gaudí, hay una gran variedad de arquitectura diferente para disfrutar. Asegúrese de visitar la Catedral con sus elementos góticos, renacentistas y barrocos, aprenda más sobre el Camino en el Museo del Peregrino situado en el Palacio Episcopal y cuando el reloj marque la hora acérquese a la Plaza Mayor para presenciar las campanadas del Campanario donde dos pequeñas figuras de un hombre y una mujer con vestimenta tradicional tocan la campana. Después de abrir su apetito caminando por esta pequeña ciudad, pruebe la cocina local en uno de sus numerosos cafés y restaurantes o para los más golosos, visite el Museo del Chocolate.
Cruz de Ferro - Punto más alto del Camino
A 1.504 metros sobre el nivel del mar, Cruz de Ferro es el punto más alto del Camino. Aquí se encuentra la simple cruz de hierro encima de un alto poste desgastado. Marcando la entrada a las montañas de León esta cruz ha guiado a los peregrinos en el Camino, particularmente en el invierno cuando el paso puede estar cubierto de nieve. Algunos historiadores creen que la colocación de la cruz aquí se origina en la época romana como una forma de marcar el límite entre territorios. Para los peregrinos que caminan por el Camino Francés se dice que la tradición es dejar una roca al pie de la cruz la cual han llevado desde el comienzo de su viaje. La roca simboliza cualquier pecado que el peregrino haya cometido, y el hecho de llevar y dejar la roca se supone que los absuelve de los pecados.
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